lunes, 23 de mayo de 2011

Venganza: exhibiéndose en una cine cerca de usted

La venganza no es la manera de solucionar las cosas. No confundan el no creer en la venganza con la impunidad. Una persona que mata a otra no debe ser condenada a muerte. Pero este debe pagar por lo que ha hecho y durante ese proceso prepararlo para que regrese a la sociedad. Un ladrón más que meterlo en la cárcel debe reponer todo lo robado. Una persona que daña el ambiente tiene que reparar el daño hecho y contribuir a borrar la huella ambiental producida.

Los ejemplos arriba mencionados no se pueden entender como venganza si no como actos dirigidos a reparar el error realizado y asegurarse que la persona ha aprendido su lección para erradicar o, si no es posible, minimizar dicha conducta. Pero el problema es que la venganza sigue siendo utilizada por que causa algún tipo de satisfacción en la persona que la ejecuta aunque esta no resuelva el problema de fondo ¿O si lo hace?

Quiero que sepan que todo esa babosería dicha anteriormente tiene que ver con una visita mía al cine.

Disfruto el cine como el que más. Desde lo que se conoce como cine extranjero (asi le decimos a todo el cine que no sea gringo, si la gente leyera a Albert Memmi entendería por que) hasta una película que tenga  más muertos que la cantidad de asesinatos ocurridos en el país durante este año. Incluso hasta algun romantic comedi me puedo chupar si es necesario. Pero, obviamente, el pop corn no puede faltar. Es más, he sabido no ir al cine cuando he estao pelao y solo me da pa la taquilla.

“Buenas Noches mi nombre es Serio y soy adicto al Pop Corn” “¡Holaaaa Serioooo!”

No me acuerdo que película había ido a ver. Compre mi taquilla, mi combo de pop corn con coca cola y me fui a mi respectiva sala. Tengo que señalar que esto me ocurrió cuando hacía poco habían puesto las sillas que tienen los rotitos eso de portavasos pa poner el refresco.

Si bien no me acuerdo de la película se que estaba buena. El cine estaba bastante lleno y encontré asiento por los asientos del medio y recuerdo con calridad que a mi mano derecha había una señora que debía tener unos cuarenta y pico de años, llegando a los cincuenta. Estaba vestida tipo doña pero elegante. En medio de una parte de mucha tensión y yo embelezao alargo mi mano derecha para tomar refresco. Inmediatamente que me di un sorbo me lleve una sorpresa. Mientras por mi garganta bajaba el dulce sabor a sprite (de dieta por cierto buargh) sentí el temor en forma de maripositas en el estomago. Acto seguido deje de tomarme la sprite…

Si has estado leyendo detenidamente te habrás dado cuenta que yo había comprado coca cola como parte del combo… había cogido el refresco de la vecina de asiento por equivocación.

Por mi mente pasaron decenas de posibilidades sobre qué hacer. ¿Pongo el vaso rápido? ¿Lo pongo como si nada? ¿Se lo digo? Comencé con mucho cuidado a poner el vaso en donde estaba, intentando colocarlo lo más lentamente que podía para evitar que se diera cuenta. Me sentía como si estuviera jugando jenga pero al revés. Cuando casi había colocado el vaso en su lugar la señora me miro. Luego miro el vaso y luego miro el lugar donde se supone estuviera su vaso. Ante esto, les juro que sin pensarlo, mentí como un lechón (no sé como mienten los lechones pero he escuchado esa expresión por ahí): “¡No llegue a probarlo!” le dije... Sin proferir una palabra ella seguía mirando a mi cara al vaso y a donde se supone estuviera su vaso. “¡Disculpe, cogí su vaso por equivocación pero no llegue a beber!” volví a mentir yo. Ella indicó seria pero al parecer sin enojo que no ya no quería refresco. Nuevamente le dije, ya consiente que no me podía echar pa atrás en el embuste que había metido “No lo probé, pero si quiere de cualquier forma voy y le compro uno, ¿que estaba bebiendo? ¿Sprite?” Ella me dijo que no me preocupara.

A los 5 minutos del incidente ella se levanto y volvió con un refresco. Obviamente lo puso al otro lado mientras la sprite se quedo allí al lado mío. El resto de la película fue un poco incomoda aunque por dentro debo admitir que me reía del asunto, incluso llegue a pensar que debía seguir bebiéndome su ahora ex-refresco. Mi sonrisa desapareció con el final de la película. La vecina se levanto rápidamente y con cierto movimiento tumbo el refresco de la discordia completamente encima de mí. Ella siguió caminando hacia el pasillo y así mismo se desaprecio.

Aun hoy en día me pregunto si fue un accidente o fue una venganza. Desde ese entonces les aseguro que nunca más me he tomado el refresco de más nadie… en el cine.

5 comentarios:

RAPS dijo...

Eso fue venganza.

Aanadi dijo...

En definitiva, eso fue una venganza como casi todas, injusta. Una venganza de una amargada. Yo lo resolvía aceptando tu pago, o no?

Pero no te preocupes, la maldad se paga. Cuando salió del cine lo más probable tenía una goma desinflada y eso.

Me encanta leerte, me haces reir mucho.

Serio E. Irreverente dijo...

raps: yo debe decir que me quede con la duda no podia creer tampoco que fuera simple casualidad

aanadi: eso digo yo! y gracias!

Vlade dijo...

Tremenda hijaeputa es lo que era esa doña.

Anónimo dijo...

Eso me a pasado a mi en una q otra ocasion pero me lo han hecho a mi . Noes big deal. A veces pasa que los asientos de los que estan en las esquina no tienen el roto pa ponerel vado y una persona que dejo un refresco en mi parte pues a pasado un susto y viceversa, que agarn el mio.

A veces es por la costumbre de tener siempre refresco en elcine la persona esta tan embollada en la pelicula q no se fija que cogió lo que es de uno

pero de ahi a tirarte esa mierda encima esta mal. No se si lo hiso en serio pero si así fue entonces q hija de mil putas es.

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