Mi verdadero pais: viernes negro

A horas de comenzar los bochornosos corre y corre del llamado “viernes negro” recuerdo como este día digo con toda honestidad que me avergüenza ser puertorriqueño. Pero la realidad es que eso no sucede solamente aquí. En gringolandia no es muy diferente. Me pregunto que tenemos en común. La respuesta es fácil. Una sociedad basada en el consumo. Donde los valores que se aprecian son la ganancia personal inclusive si hay que pasarles por encima a los demás.

Pienso en la campana que el gobierno realizó una vez preguntando “?Que nos pasa Puerto Rico?”. Esa pregunta es fácil de contestar. Mientras crezcamos en un sistema donde lo individual se imponga sobre lo colectivo no hay manera que no sigámonos hundiéndonos como sociedad.

Tal vez parezca un alarmista pero no es muy diferente a lo que todos dices por ahí. “Se están perdiendo los valores”

Los valores no se están perdiendo, están siendo remplazados por otros. La solidaridad ya no es importante. Si no te afecta a ti que se joda. El respeto y la consideración por los demás ya no se admiran por que ahora la pregunta es si obtengo un beneficio personal.

“Antes estas cosas no pasaban” Pasaban pero definitivamente mucho menos y eran mal vistas.

Yo no me encierro en contestaciones simplistas ni a un llamado nostálgico a regresar a ciertos valores. Nuestra sociedad esta jodia y necesitamos nuevos valores. Necesitamos una ruptura radical con lo que tenemos.

Mientras tanto hacemos una fila para obtener un descuento en un producto que no necesitamos y si lo necesitamos creo que no vale la pena amanecerse y ser parte de la locura para comprar  un televisor 100 dólares más barato.

Por años he evitado ver la televisión para ahorrarme esta vergüenza. Pero no puedo evitar pensar en lo que significa en realidad todo este acto: la espera durante horas, los empujones y la obtención del producto es la imagen de nuestra sociedad.

Esperamos en fila como país para participar de ese consumo que nos define como un país de avanzada, nos coloca en el primer mundo. Para participar exitosamente es requisito empujar e ir sobre los otros antes que uno, que no es como yo, llegue allí primero. Todo para ser una sociedad que ya nos han convencido que tenemos que ser. La obtención del producto es la certeza que hemos triunfado. Somos lo que han definido como sociedad exitosa. ¡Felicidades para nosotros!

Esta sociedad trabaja a la perfección. Trabaja justo como un reloj, uno de esos caros, de los que se ponen en la muñeca aquellos ricos y poderosos que no han hecho una fila en su vida la cual hacemos nosotros durante horas asegurando así su estilo de vida y permitiendo que ellos definan la nuestra.